LEUCOSIS BOVINA
Es
una enfermedad infecciosa crónica, de origen viral, de distribución mundial,
específica del ganado bovino, el cual puede infectarse a cualquier edad,
incluida la fase embrionaria. Presenta muy bajo porcentaje de enfermos con
manifestaciones clínicas.
AGENTE
CAUSAL
El
agente causal es el virus de la leucemia bovina, un oncovirus de la familia
Retroviridae que se caracteriza por la formación de anticuerpos
permanentes, una respuesta inmune celular o proliferación de tumores
malignos. No es transmisible al hombre.
La
coordinadora de Seguimiento Epidemiológico y Salud Animal de Fedegán-FNG,
explica que la leucosis enzoótica bovina “no tiene vacuna”. Los
animales infectados nunca se curan y la solución irremediable para el productor
es sacrificarlos.
La
enfermedad se reproduce por el contacto de animales sanos con la sangre
infectada. Esto se observa en prácticas inadecuadas de los animales en la
castración, puesta de orejeras y vacunas. Las moscas y garrapatas también la
transmiten.
AFECTACIÓN
La
leucosis ataca el sistema inmunológico y se generan tumores externos y
internos, muchos cancerígenos. Mientras que la alteración en los glóbulos
blancos de los animales disminuye su producción de leche.
El
ganado se infecta a cualquier edad, incluida la fase embrionaria y los daños
económicos recaen principalmente en la producción de leche.
Además,
los infectados adelgazan, adquieren anemia, y la afectación en la médula
espinal es la razón por la que algunos ejemplares se ven cojos. La muerta no es
ajena a esta enfermedad.
Esta
es una enfermedad que es difícil de identificar clínicamente debido a que su
período de incubación es prolongado, en general de 3 a 5 años, además solo
una baja proporción de animales desarrollan tumores (0,1 – 5 %).
En
los que presentan el tumor maligno, los síntomas dependen del lugar en el que
aparezcan y pueden incluir: alteraciones digestivas, inapetencia, pérdida
de peso, debilidad general, disminución de la producción láctea, anemia y,
a veces, manifestaciones neurológicas y postración.
Se
puede notar aumento del tamaño de los ganglios linfáticos superficiales,
visibles principalmente en las regiones del flanco e intercostales y se pueden
palpar bajo la piel.
Los
órganos implicados con más frecuencia son la tercera y cuarta cavidad del
rumen, la aurícula derecha del corazón, el bazo, el intestino, el hígado, el
riñón, los pulmones y el útero. Puede haber afecciones y compresiones de
órganos internos, nervios, medula espinal, ojos, etc. que derivan en diferentes
sintomatologías según el órgano afectado.
Por
la afectación del sistema inmune y consecuente disminución de las defensas, hay
mayor susceptibilidad a otras enfermedades de etiología infecciosa, como
mastitis, diarrea y neumonía.
SÍNTOMAS
- El tumor esta normalmente confinado al timo y causa una tumefacción difusa del cuello ventral
- Metástasis de los ganglios linfáticos locales
- Linfocitosis permanente
- Se pueden observar tumores cutáneos
TRANSMISIÓN
La
infección ocurre frecuentemente a partir de la introducción de animales
asintomáticos al hato y luego toma característica de enzoótica.
Transmisión
natural: De madre a hijo, a través de la barrera placentaria ingresa a la
circulación fetal. Igualmente, a través del calostro y la leche de
animales infectados, durante la lactancia.
Transmisión
por vectores: los insectos picadores (tábanos, garrapatas) y los murciélagos
podrían estar involucrados en la transmisión mecánica del virus, por
transferencia de sangre infectada de animales portadores a animales
sanos. Transmisión
por vía iatrogénica: por el repetido uso de instrumentos veterinarios sin
desinfectar entre un animal y otro.
Transmisión
horizontal: De animal a animal, a través de la sangre o secreciones.
Una
vez ingresado al organismo el objetivo del virus son los linfocitos B.
La infección viral es seguida por una
expansión policlonal de una gran y diversa población de linfocitos portadores
de uno a cinco provirus integrados.
Durante
el primer mes post infección las células infectadas son detectables en sangre
alrededor de las 2 semanas, alcanzan un pico en la tercer semana y luego
decrecen rápidamente, lo que sugiere que el virus está entrando a nuevas
células huésped en otros tejidos.
Lo
que ocurre inmediatamente después no está del todo claro. La primera indicación
de la infección es la aparición de la respuesta inmune humoral dentro de las 8
semanas post inoculación.
Casi
al mismo tiempo de la seroconversión temprana aparecen linfocitos T citotóxicos
en sangre periférica. Esta respuesta persiste y se amplifica durante la vida
del animal, indicando que el sistema inmune es estimulado permanentemente por
el virus.
Patogenia
de la linfocitosis: en los bovinos la linfocitosis no se debe a un aumento de
la producción de los linfocitos B, sino a una disminución en la tasa de
recambio de los mismos, debido a la reducción de la apoptosis, la cual es
inhibida de alguna manera por la acción del virus.
DIAGNOSTICO
La
detección de la LBE puede ser serológica para detectar anticuerpos, mediante la
toma de muestras de sangre o de leche (individual o en tanque).
La
Técnica de Reacción en cadena de la Polimerasa (PCR) permite detectar el ADN
viral, pero debido a su alto costo, es de uso más limitado.
Existen
métodos complementarios como el recuento de glóbulos blancos y la fórmula
leucocitaria relativa, en la sangre de animales con serología
positiva, los cuales son muy útiles para decidir la eliminación de
animales, en programas de erradicación.
Los
análisis serológicos son técnicas validadas de acuerdo con los protocolos de la
OIE, aunque con algunas limitaciones. Sin embargo, la más utilizada es la
ELISA, que permite obtener resultados en 24 horas.
Recomendaciones
para proteger el hato
Comprar
animales sanos: La medida más evidente y eficaz es sin duda la de evitar
la introducción de un animal infectado en el predio, por lo cual se
aconseja pedir diagnóstico serológico al vendedor.
Cuarentena:
Cuando se compren animales procedentes de ganaderías con situación sanitaria
desconocida, será imperativo apartarlos y observarlos por 3 meses practicando
un control serológico al comienzo y al fin de la misma. Una cuarentena tan
larga es difícil de realizar en la práctica, por lo que es preferible no
introducir en los hatos sanos más que animales procedentes de ganaderías sin
problemas sanitarios.
Materiales
quirúrgicos: Se debe usar preferiblemente material desechable, o
desinfectar sistemáticamente las agujas, descornadores, bisturís, tatuadores, entre
otros, así como el cambio entre cada animal de los guantes de plástico
utilizados en las exploraciones rectales.
Separar
animales positivos: El pastoreo conjunto de animales sanos e infectados es un
factor de riesgo en las regiones en las que los tábanos o, en menor
importancia, los mosquitos, son numerosos; una distancia de unos 50 metros
entre el rebaño infectado y el sano limitará estos riesgos de transmisión
por artrópodos.
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